Desde tiempos antiguos, el ser humano ha buscado en la naturaleza remedios simples y efectivos para mejorar su salud física y espiritual. Entre esos remedios destaca un ritual poco conocido, pero altamente beneficioso: el baño de pies con hojas de laurel y sal.
Este sencillo tratamiento casero combina las propiedades energéticas y terapéuticas de dos elementos muy poderosos: el laurel, una planta cargada de simbolismo y virtudes medicinales, y la sal, reconocida desde la antigüedad por su capacidad purificadora.
Lo interesante de este baño es que no solo actúa en el plano físico, relajando los músculos y mejorando la circulación, sino que también se considera un método de limpieza energética, capaz de eliminar tensiones, estrés y malas vibraciones acumuladas en el cuerpo.
